01 junio 2006

Esto es un cuento chino

En chino, la palabra CRISIS significa "oportunidad"... ¡¡¡pero quién corno inventó eso, digo yo!!!

Como estoy en el ojo de la tormenta, pasaré a explicar, como pueda, como me alcancen las palabras y los dedos, el silencio que ha opacado este blog...
¿empiezo por el principio o por lo más horrendo? ¡empiezo y ya, que esto no es una película de harry potter!

El día que apareció Ruperto, primo de papá, en el blog, creímos que iba a ser para bien. Digo así "creímos" en plural, porque lo primero que hice fue contarle a mi mamá que había aparecido este fantasma de la familia de mi padre. Entonces ¿qué imaginan, qué suponen que sería lo normal que hubiera sucedido? Sí, que mi madre llorase de alegría y quisiera encontrarlo a Ruperto... claro... eso si tuviera una madre normal. Pero no. He de comprobar fehacientemente que es una bruja. ¿Qué hizo, en cambio? Llamarme a una "reunión familiar", como le gusta decirle a nuestros encuentros en el living de su casa. Fui, claro está. Era una noche medio tenebrosa, pero hice caso omiso a los mensajes celestiales y me tomé un taxi hasta Palermo (donde ella vive desde que nació). Me esperaba sentada casi en penumbras, con un vasito de coñac, bien de vieja borracha pero coqueta y sobria. Se había puesto un Cd de Edith Piaf, parecía una novela, una lámpara de pie en un rincón, y había aire a rancio, como si hubiera desenterrado un muerto y lo hubiera dejado por la casa, con el cajón a medio abrir. Sí, suena horrendo, pero así era. Le pregunté "Mamá, ¡¿qué pasó!?", por la cara que tenía, y por el ambiente de velorio... "Pasá, Nena, te serví un poquito de bebida, sentate". Uhhhh, cuando mi mamá habla así es porque hace rato que está tomando y lo que es peor: ¡pensando!

Me senté en el sillón de dos cuerpos y esperé a que la bruja hablara. Se tomó su tiempo, no crean que estaba tan ansiosa por desembuchar... Enseguida noté que le resbalaba algo así como una lágrima por la mejilla... ¡¡qué tensión, por dios!! Pensé que se había muerto Pola y, de alguna manera, me sentí triste. Pero no. Mi mamá habló por fin: "Nena (cuando me llama así es porque quiere ganarse mi compasión de antemano, porque está por decir algo terrrrrrible)... vos sabés que yo una vez te dije que cuando fueras grande te hablaría de tu padre... (tanta voltereta es necesaria para crear expectativa y frustración, y aumentar el grado de piedad para con ella). Bueno, con la aparición de Ruperto, creo que es necesario e imperioso que yo te cuente todo... toda la verdad, digo. La verdad. ¿me prometés que vas a escuchar sin alterarte...?"

No sé qué se me ocurrió cuando dijo todo eso, pero yo al principio le creí esa voz resquebrajada por la tristeza, la culpa, etcétera... no sé si estaba esperando todo lo que vino después. Pero, obviamente, sí claro que me alteré. Se me mojaron de pronto las manos de sudor frío.

Me dijo, con voz fingida y gangosa, creo que estaba un poco borracha: "Hija, tu padre... tu padre no se murió... SE FUE CON OTRA". Bueno, lo que siguió fue digno de una película de Almodóvar: llanto, gritos, bebida alcohólica que volaba por el aire, silencio sepulcral por un momento, más gritos, más llanto y palabras estrambóticas... "te suplico... ella era mucho menor que yo... tú eras una niña... no entenderías..." . Cuando recuperé la conciencia, estaba encerrada en el baño, y mi mamá golpeaba la puerta. El resto queda a vuestra imaginación. Por supuesto, al día siguiente llamé a mi analista y le rogué que me recibiera de nuevo en su consultorio, que estaba en medio de una crisis y que debía verlo.

Me atendió, simpaticón y con los cachetes rojos de contento, como siempre. Imagínense el choque de realidades: yo era literalmente UN ESCRACHO.

Salí de ahí sin saber bien si mi analista me había dicho "oh, qué bien, apareció tu padre, todos lo sabíamos excepto tú, ingenua", o si la resaca alcohólica y dolorosa de la noche anterior perduraba en mis venas, y estaba alucinando. Pero no: el maldito gordo de cachetes rojos no me compadeció, ni se sorprendió, ni se sumó al llanto. Me dijo "Nos vemos la semana que viene", apretó el botón de Planta Baja y cerró la puerta del ascensor. En pocas palabras, me fletó de su consultorio para que viviera "mi crisis".

¡¡Era un moco en sobretodo!! El taxista que me regresó a casa me preguntó si me pasaba algo, y aproveché para usarle todo el paquete de carilina que me ofreció. Los taxistas de Buenos Aires tienen ese "no sé qué..." Me escuchó, me compadeció, hasta se le escapó un lagrimón, y me dejó en la puerta de casa. "Son dieciocho peso, señora". Desgraciado. Me cobró lo mismo, en mi estado calamitoso. ¡¡Todos los hombres son iguales!! ¡¡Se hacen los que te escuchan pero en realidad se aprovechan de una!!

Así estuve esa semana, deambulando por la casa como una tarada, llorando y preguntándome "qué hice yo para merecer esto" almodovarianamente hablando. Mi papá, ese viejo alargado y buen mozo, que tristemente recuerdo con detalle, que me compraba bolones dulces y pinitos de chocolate, fanático de Atlanta (¿existe ese club, todavía?), ¡¡está vivito y coleando por las calles de Buenos Aires!! ¡Andá a saber si me lo habré cruzado por ahí, sin darme cuenta! ¡y mi madre, esa bruja, me lo ocultó durante tanto tiempo! ¡porque es una despechada!

¿No es como para un capítulo de Mujeres asesinas?

¡¡Transitar mi crisis!! ¡¡transitar mi crisis!! ¡¡eso me dijo mi mamá después de confesarme la verdad, y me lo repitieron mi analista y el taxista!! ¡¡transitar mi crisis!! ¿¿cómo quieren que no me ponga así, cómo pretenden que transite mi crisis??

¿¿¿¿¡¡¡¡EEHHHHHH!!!!????

Así que por eso no escribí estos días, además de que:

  1. a mi madre le dio un pre infarto y la tuve que internar por dos días. Vino Pola y la acompañó, porque estaba la posibilidad de que yo le desconectara los tubitos de oxígeno o pidiera eutanasia sin sufrimiento para ella.
  2. Ruperto llamó a mi casa y dejó un mensaje de "sé que tu padre vive en Uruguay y que tiene una nueva novia".
  3. Renuncié al trabajo y mi jefe me llamó para pedirme que volviera, que me necesitaba y que no aceptaba mi renuncia, así que debía presentarme a trabajar en cuanto pudiera, cuanto antes mejor.
  4. Mi analista me aumentó el precio de la sesión, aduciendo que "esto ya excede lo imaginario".

Así que, a mi anterior listado de cosas que debía contar en este blog, se han sumado ya bastantes situaciones que deberé develar a la brevedad, si no ¡explotaré como un sapo!

No me digan que no les avisé.

Ah, le agradezco a mi amigo FANTASMA, que siempre está ahí, "aunque no lo veamos", como el sol...

3 comentarios:

Christian 10 dijo...

Esto se pone bueno. Me preparé un café con unas gotitas de cognac para releer la historia. Y también se pone bueno porque pasé de ser "amigo" a ser amigo (sin comillas, flor de avance !!!). Esto reafirma la teoría de un viejo amigo (de esos de jugar dominó en los bares y/o plazas) que decía que en un momento de la vida uno "empieza a ser amigo de...", que la amistad no es de un día para el otro, pero nunca logró darse cuenta de cuando empezaban y terminaban esos cambios. Saludos, vayan por la sombra, el amigo (sin comillas) Fantasma

Faustina Grindel dijo...

Querido amigo (sin comillas) Fantasma,
es grato volver a leerte, y te cuento que me encanta tu blog de los bondis y que no te hice ningún comentario por varias razones. Te enumero tres:
1) me da vergüenza,
2) no me sale nada espontáneo que no parezca una taradez, y
3) hace tiempo que dejé de viajar en bondi, porque me robaron tres veces sin que me diera cuenta, otra vez me "apoyaron" y ese sería un lindo tema para tratar en tu blog, otra vez me quedé dormida y llegué a la terminal de la línea, donde me encontré perdida y entre treinta monos que me miraban (yo estaba babeada y dormida) como sapo de otro pozo y tuve que esperar a que saliera otro colectivo de la línea para volver a casa, una vez se me durmió un viejo pelado contra el hombro y lo dejé seguir de largo y se cayó al suelo, todo el colectivo giró para mirarme y me sentí culpable, otra vez el colectivo agarró una curva fuerte y me caí encima de una señora, y otras tantas cosas que otro día te contaré, que me hicieron desistir de volver a subirme a un bondi.

Te abrazo con el alma, compañero de weblogueo, te leo y comprendo tus penas de viajero colectivero, seguimos adelante,

cariños!

Anónimo dijo...

que lastima,creo que la bebida me hace mal.Que ingenua de mi ..... pensaba dominarla con el tiempo,pero ella me domina.
creo que es parecido a lo que se siente cuando pasas delante de la vidriera de una panaderia y sabes que el doctor te dijo:ojo con el colesterol(el bueno,el malo,el total,es un rompecabezas)los lipidos totales,la glucemia,la presion.Por Dios,como se puede vivir asi;miras esas tortas con dulce de leche,crema .frutillas,
facturas,mini facturas(como si hiciesen menos mal).No puedo seguir ,se me cerro la garganta de tanta saliva acumulada.Bueno,me quiero convencer yo misma de poder dominar esto pero SE que ella me domina y lo se por lo que paso ha
ce unos dias :no pude mas y abri mi
gran boca, casi muero.Pero lo peor fue la mirada de Fausti....Sus ojos desorbitados ,la cara encrispada,la palidez...oh Dios.que hice,como pude ..Me habia jurado a mi misma nunca jamas hablar ,llevarme a la tumba mi secreto.Maldita bebida...me pudo,me pudo ,me vencio,me clavo el dardo de la muerte y lo peor,,,
casi destruyo lo que mas quiero.
tengo que tomar algo fuerte para olvidar todo esto.Que tengo en el bahiut(no se si se escribe asi,bah no importa),a,si,crema de chocolate ,licor de menta ,el de huevo que hizo Pola, el lemoncelo
de la parroquia,creo que una mezclita no me vendria mal por lo menos hasta que vaya a la reunion
de alco.