14 septiembre 2006

ojos que no ven, corazón...

¡mis queridos amigos cibernautas! ¡sí, los abandoné por un tiempo, pero aquí estoy!
hacer un repaso de mis últimos meses me parece muy aburrido, así que les voy a dar las novedades y ya, el resto imagínenselo ustedes.
conocí a un cuarentón aburrido y divorciado que me dio vuelta como una media, salimos a bailar salsa a un lugar para cuarentones aburridos y divorciados y se emborrachó. me vomitó en la espalda, sí, así como les digo, mientras bailábamos lento, pero después la borrachera se le pasó con un café doble. ahí me pareció simpático, por ser amigo de Sandra les confieso que era un espectáculo de hombre.
la mujer lo dejó por su jefe.
eso sí que es de gente asquerosa, revolcarte con un viejo que puede ser tu abuelo. me lo imagino todo arrugado y peludo, y me da escalofrío. qué estómago el de la muchacha, todo sea por el dinero. como cuando una vez pensé en cecilia bolocco y carlos menem. puaj.
ahora bien, con el cuarentón no pasó de unas tardes en la costanera, tristonas, y regarle las plantas cuando estuve en su departamento gris cemento, desaliñado, ojo que es un lindo departamento en palermo, pero su palermo hollywood es un "palermo viejo y arruinado", medio bohemio diría, ahora a la distancia, minimalista pero de los feos, de los que no tienen juguera ni sartén, ni cortina en la ducha porque no hay por qué cubrirse pudorosamente porque me dejó y vivo solo hace más de tres años. bueeeeno, ya es tiempo de que dejes atrás el rencor y aprendas a vivir solo, tu vida, otra vida... ¡andá a terapia, gilastrún!
sí, así le dije la última vez que lo vi.
ahora me escribo con un español, muy churro, de ojos verdes sedosos, que me dice cosas lindas, y "ojos que no ven, corazón que no siente", así que por ahora estamos bárbaro.
es un flirtreo no más, pero estoy encantada con sus zetas y sus palabras raras.
de mi trabajo y mi madre hablaré otro día, pero sepan que no hay novedades más intensas que las de mi emocional-sentimental, que la historia con mi padre se parece cada vez más a una telenovela, y que mi analista sigue escuchando estas historias por lo menos una vez por semana. ¿estaré cada vez mejor?
no lo creo, me volvió a parpadear el ojo, como un tic irremediable de mi tontera espiritual.

los dejo, deben estar precavidos: tal vez vuelva más tarde.

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